Hace poco estuve leyendo un libro
sobre rabietas. Una de las claves que daban era que había que anticiparse para
evitarlas… al menos esa fue la idea que me quedó y ayer decidí ponerla en
práctica.
Teníamos pediatra con el bombón M,
así que me organicé con la abuela. Ella se llevaba a M a su casa hasta que yo
le recogiera para ir al médico, y yo me llevaba a I al cole. Todo estupendo.
A la hora de vestirles, les fui
explicando que M se iría con “buli” e I
con mamá al cole. También les expliqué que M iba a ir al médico a que le
curasen la tripita. Ellos lo entendieron y ambos me decían: “M con buli, I con
mamá”, y lo repetían varias veces, así que el mensaje estaba interiorizado. Todo
muy bien, al estilo casa de la pradera y yo encantada por haber manejado la
situación…
¡I-LU-SA, soy una ilusa!!! (En
este momento visualizarme llevándome la mano a la cara y meneando la cabeza de
un lado a otro).
Cuando llegó el momento de la
verdad, I dijo que él también se iba con su “buli”, la abuela diciendo que a
ella no le importaba, (y más hinchada que un globo por cierto), y yo no me
molesté en librar una batalla que sabía que estaba perdida de antemano. Así que
los dos con la abuela, los dos a la pediatra y los dos de parranda toda la
mañana.
Conclusión: ni teorías, ni
libros, ni ir de madre estupenda, ni gaitas. Volvemos al modo “ya irá pidiendo
la obra material” y paso de complicarme la vida más, que bastante liada la
tengo ya.
Si no puedes con ellos...¡Únete a ellos!
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