viernes, 21 de diciembre de 2012

Gracias



Mañana hará un año que publiqué mi primera entrada en este blog. No he podido dedicarle todo el tiempo que me hubiera gustado, pero estoy contenta de haber logrado llegar a la primera meta. Como puede que hoy se acabe el mundo, (me viene fatal porque mañana iba a ser millonaria pero bueno, si los Mayas lo dicen… jejeje), quiero adelantar un día la celebración de este aniversario bloguero.

Aprovecho esta entrada para daros las gracias a todos los que habéis leído y comentado mis batallitas bomboneras. No os imagináis la ilusión que me hace ver los comentarios cuando entro.

Os deseo a todos una muy feliz Navidad. Que el 2013 sea mucho mejor que esta mierda año que estamos terminando y que todos logréis ver estas fiestas a través de los ojos de mis hijos.

Para ellos, es la primera Navidad que realmente se dan cuenta de las cosas y ver sus caras al poner el árbol, oirles chapurrear su primer villancico y como disfrutan con el muñeco de nieve bailarin que tenemos en casa, hace que por fín, después de muchos años, yo me haya reconciliado con las Navidades.

Así que, GRACIAS a todos los que me seguís y os deseo de corazón que paséis una Navidad mágica y feliz.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Queridos Reyes Magos



A sus Majestades de Oriente, (o de Huelva):

En vista de los acontecimientos acaecidos el año pasado y con el fin de no tener que recibir quejas ni miradas de odio de los vecinos de abajo, y por supuesto para evitar que el padre de los bombones y yo tengamos ganas de estrangular a alguien, os informamos de las decisiones adoptadas en Villa Bombones por los dos únicos habitantes de dicha villa que saben decir correctamente la palabra juguetes:

1.- Queda terminantemente prohibido dejar en esta casa cualquier juguete musical, instrumento musical o juguetes que emitan  musiquitas estridentes y cansinas.

2.-  Los útiles de pintura sólo se admitirán si vienen acompañados de una asistenta que limpie los desastres que pueda ocasionar su uso.

3.- Os recordamos que nuestra casa mide 45 metros cuadrados de los cuales 25 ya son de uso exclusivo de los bombones, nos gustaría poder conservar el resto del espacio útil para nosotros, así que cuidadito con el tamaño de los regalos.

4.- Si recibís la carta de nuestras familias y veis que sus peticiones no cumplen nuestros requisitos, estáis autorizados a traspapelarlas.

5.- Los juguetes, a poder ser, de gomaespuma. Si no puede ser, que vengan acompañados de varios frascos de san ARNIDOL para curar los chichones que el lanzamiento de juguetes con efecto ocasione.

6.-  Si se os ocurre que un juego de plastelina es una buena idea, creedme, a no ser que la plastelina sea comestible NO es buena idea.


Si cumplís estos requisitos mínimos, os prometemos que os dejaremos un plato con jamón del bueno y un trozo generoso de roscón.

Un beso y nos vemos el 5 de Enero.

P.D.- Si veis a vuestro colega, el gordito de rojo, podéis pasadle copia de esta carta para que esté sobre aviso.

viernes, 30 de noviembre de 2012

El orfanato de día



Me han comentado ya varias veces, qué como es posible que llame orfanato de día a la escuela infantil a la que asisten los bombones. Esta entrada es para explicarme.

Llamar orfanato de día al cole de los bombones es una broma irónica dedicada a ciertas talibanas radicales que pululan por estos mundos internaúticos y que consideran que llevar a un niño a la guardería es una monstruosidad y que los padres que decidimos esa opción somos unos temerarios y unos egoístas.

Tanto el padre de los bombones como yo, estamos encantados con su cole y con todo el equipazo de profesionales que forman parte de ese proyecto educativo. La pena es que este será el último año de los bombones allí y el año que viene comenzaran en el colegio de los mayores. (Preveo futuras entradas sensibleras según se acerque el momento de decir adiós a esta etapa de su vida y futuras entradas de puro stress porque aún no sabemos qué colegio elegir para ellos).

El cole de los bombones se llama Las Nubes y es una delicia de sitio. Es una escuela relativamente pequeña y que mola un montón. Allí mis hijos se lo pasan en grande, aprenden muchas cosas nuevas y tienen muchos amigos.

Es una escuela pública en la que es difícil que te admitan a los niños porque cada año tienen una barbaridad de solicitudes, (el año que entraron los bombones, 9 de cada 10 solicitudes fueron denegadas por falta de plazas). Y que lográsemos plaza nosotros, nos hizo sentir cómo si nos hubiera tocado la loteria.

Me gusta ese cole porque implican a los padres en las actividades, piden nuestra colaboración y participación continuamente y tratan a los niños de maravilla. A medida qué avanza el curso, los pasillos se van llenando de manualidades y fotos de los niños y nos informan puntualmente de cualquier cosa que haya sucedido a nuestros hijos. La educación de los bombones está siendo un trabajo conjunto en el que sus profesoras, (que han sido y son fantásticas), y sus padres actuamos de común acuerdo por el bien de ellos.

En fin, que sólo puedo decir cosas buenas del cole Las Nubes y espero que ahora quede claro que cuando digo “orfanato de día”, simplemente estoy haciendo uso de la ironía y el sarcasmo que considero que merecen algunas opiniones.

martes, 20 de noviembre de 2012

Anticipación



Hace poco estuve leyendo un libro sobre rabietas. Una de las claves que daban era que había que anticiparse para evitarlas… al menos esa fue la idea que me quedó y ayer decidí ponerla en práctica.

Teníamos pediatra con el bombón M, así que me organicé con la abuela. Ella se llevaba a M a su casa hasta que yo le recogiera para ir al médico, y yo me llevaba a I al cole. Todo estupendo.

A la hora de vestirles, les fui explicando que M se iría con “buli” e I con mamá al cole. También les expliqué que M iba a ir al médico a que le curasen la tripita. Ellos lo entendieron y ambos me decían: “M con buli, I con mamá”, y lo repetían varias veces, así que el mensaje estaba interiorizado. Todo muy bien, al estilo casa de la pradera y yo encantada por haber manejado la situación…

¡I-LU-SA, soy una ilusa!!! (En este momento visualizarme llevándome la mano a la cara y meneando la cabeza de un lado a otro).

Cuando llegó el momento de la verdad, I dijo que él también se iba con su “buli”, la abuela diciendo que a ella no le importaba, (y más hinchada que un globo por cierto), y yo no me molesté en librar una batalla que sabía que estaba perdida de antemano. Así que los dos con la abuela, los dos a la pediatra y los dos de parranda toda la mañana.

Conclusión: ni teorías, ni libros, ni ir de madre estupenda, ni gaitas. Volvemos al modo “ya irá pidiendo la obra material” y paso de complicarme la vida más, que bastante liada la tengo ya.




lunes, 5 de noviembre de 2012

Abonados a los virus



Veces que hemos ido a urgencias con los bombones desde Mayo de 2010 a Octubre 2012: 1 vez y porque fuimos unos Mari-angustias.

Veces que hemos ido a urgencias desde Octubre de 2012 hasta hoy: 2 veces.

Cómo ya conté en mi penúltima entrada. Tuve que llevar a M a urgencias por un exantema súbito que nos dio un susto del copón.

Después de aquello, el virus de la gastroenteritis que planeaba por el orfanato de día les pilló de pleno el pasado fin de semana y además afectó al padre de los bombones. Mis tres chicos malos y yo batiendo el récord de lavadoras puestas en 48 horas.  Parecía que se había solventado y la semana pasada tuvimos calma… hasta que llegó el puente de todos los santos.

El bombón I se despertó el jueves llorando y diciendo “pupa oreja mamá” y nada le calmaba. Después de una hora en la que no dejaba de llorar y protestar su padre le llevó a urgencias a la una de la mañana: otitis media aguda en el oído derecho.

El viernes pasó más o menos bien, incluso pudieron salir a la calle con papá y el padrino de I, pero el sábado el bombón M volvió a encontrarse con la gastroenteritis de la semana pasada y yo he perdido la cuenta de cuántas lavadoras he puesto. Sólo os diré que entre los dos tienen 10 pijamas y que todos han pasado por la lavadora este puente.

A eso sumamos dos días de lluvia en los que no hemos podido salir de casa con ellos y el resultado es agotamiento extremo de los padres de los bombones y desquiciamiento a dúo de mis hijos, con herida debajo del ojo del bombón M incluida.

Prometo escribir las entradas que tengo pendientes en cuanto nos recuperemos pero hoy no, hoy necesito descansar porque el día ha comenzado en modo gymkhana on y estoy rota.

martes, 23 de octubre de 2012

Cosas que cambian al tener hijos III



Equipaje de la unidad familiar para las vacaciones del 2009:

- 1 maleta grande
- 1 maleta mediana
- 1 mochila
- 1 neceser grande

Paseos al coche para cargar el equipaje en el 2009: 1

Equipaje de la unidad familiar para las vacaciones del 2012:

- 2 maletas grandes
- 3 maletas medianas
- 2 cunas de viaje
- 1 bolsa con juguetes
- 1 mochila
- 2 neceseres grandes
- 1 bolsa con utensilios diversos de los bombones
- Silla de paseo gemelar

Paseos al coche para cargar el equipaje en el 2012: 3


A medida que crecen la cosa va mejorando. En el verano del 2010 sólo tenían 3 meses y su padre todavía pone los ojos en blanco cuando recuerda todo lo que nos llevamos para esas vacaciones.


lunes, 22 de octubre de 2012

Un susto



El jueves, cuando fui a recoger a los bombones al orfanato de día, me encontré a M sólo con el pañal, tirado en su colchoneta, leyendo un cuento. 38.7 de fiebre tenía la criatura así que me tocó activar el código rojo para emergencias familiares y tirar de la abuela para que se quedara con él el viernes por la mañana.

El viernes por la tarde el niño ya no tenía fiebre y estaba como una rosa y el sábado igual, hasta que al cambiarle el pañal por la tarde, su padre volvió a dar la voz de alarma porque la criatura estaba llena de manchas rosas.

Aunque los que me conocen saben que soy más bien pachorrona con esto de las enfermedades infantiles, no pude evitar asustarme, la palabra “sarampión” se alojó en mi mente y me puse nerviosa.

Decidí llevarle a urgencias y con las prisas, salí con lo puesto, ni pañales, ni agua, ni toallita… ale, a la aventura, a la aventura y rezando para que Murphy se apiadara de mí y el niño no se cagara.

Durante la hora que permanecimos en la sala de espera, al bombón le dio tiempo a descolocar y volver a colocar el carro de cuentos, a hacerse los 100 metros lisos modalidad pasillo de hospital, a apretar todos los botones de las máquinas expendedoras y a vacilarme de mala manera haciéndome sacar unas quinientas veces de mi bolso la botella de agua que compre.

Cuando pasamos a consulta… digamos que era como la niña del exorcista en versión bombón. La enfermera entre risas me dijo que le daba hasta miedo acercarse. Luego se tranquilizó y pudieron entrar a atenderle. Por cierto, un 10 tanto a la enfermera como a la doctora que fueron un encanto. Del otro enfermero mejor no opino que con el ladrido que le metí ya fue servido. Casi media hora estuvieron explorándole

Al final, ni sarampión ni nada. Exantema súbito totalmente inofensivo pero que de primeras acojona al más pintado y el niño encantado de la vida porque cuando salimos de allí, montamos en autobús para volver a casa.

Prueba de que el niño estaba más tranquilo que yo:

lunes, 15 de octubre de 2012

Cosas que cambian al tener hijos II



Fiestas patronales 2009:

08:00: después de una noche de fiesta, te acuestas.

13:00: aperitivo con los amigos.

16:00: después del aperitivo, te vas a comer y a dormir una buena siesta.

21:00: te vas de cena y copas con los amigos de la peña.

04:00: recenas para aguantar mejor las copas. Cualquier kiosco con comida grasienta te vale.

08:00: te acuestas.


Fiestas patronales 2012:

08:00: te despiertan tus hijos al grito de “mamá ujos” (= “mamá dibujos)

13:00: después de toda la mañana en el parque, te vas a casa a que los bombones coman.

16:00: los bombones se despiertan de su siesta. Tú no has podido dormirla.

21:00: te has pasado toda la tarde jugando con ellos y en la feria. Por fín logras arrancarles de las atracciones y os vais a casa para que cenen y con suerte se duerman.

04:00: llevas dos horas despierta porque uno de los dos, o los dos, ha decidido amenizarte la madrugada con un viaje hacía el insomnio.

08:00: te despiertan tus hijos al grito de “mamá leche”


miércoles, 10 de octubre de 2012

Cosas que cambian al tener hijos I



Contenido del bolso de la madre de los bombones en Octubre de 2009:

-3 Juegos de llaves, (de casa, de casa de la abuela y del trabajo)
-Móvil
-1 Libro
-Cartera
-1 agenda
-1 bolígrafo
-Gafas de sol

Frecuencia de limpieza y/o cambio de bolso en el 2009:

5/6 días a la semana, el bolso siempre coordinaba con los colores de mi atuendo, u outfit que dicen las más in.

Contenido del bolso de la madre de los bombones en Octubre de 2012:

-2 Juegos de llaves, (de casa y del trabajo)
-Móvil
-1 tablet
-Cartera
-1 agenda
-2 bolígrafos
-3 paquetes de pañuelos de papel
-1 muñeco de goma
-1 jirafa de juguete
-2 piruletas
-1 libreta pequeña
-2 pañuelos de papel usados y fosilizados
-2 Usb
-1 hoja con el menú mensual del cole de los bombones
-2 cazadoras de los bombones
-1 neceser
-Gafas de ver
-Gafas de sol
-1 barra de arnidol
-1 paquete de gasas
-3 lápices de colores

Frecuencia de limpieza y/o cambio de bolso en el 2012:

Limpi ¿qué?.. Jajajajajajaja, si consigo medio adecentarlo cada 15 días ya me doy por satisfecha.


viernes, 5 de octubre de 2012

Más chulos que un ocho



Dicen que los madrileños somos chulos. La madre de los bombones es madrileña de pura cepa, (madrileña de cuarta generación y “viva Madrid que es mi pueblo”, ahí queda eso), ergo… a veces soy un poco chula, que no chulesca.

El padre de los bombones, aunque también es madrileño, tiene más mezcla, no se le nota tanto, claro que él no tuvo un abuelo como el mío que te decía “Yo soy madrileño, nacido en la Ca’ Toledo y bautizado en La Paloma”, que esas cosas marcan.

Con estos antecedentes familiares, es fácil imaginarse quién va camino de recoger el testigo de la chulería… ¿verdad? Y si no, a las pruebas me remito:

Este verano, aprovechando los últimos días de Agosto, bajábamos con los bombones a intentar tomar algo a la terraza de al lado de casa.

El ritual era siempre el mismo, llegábamos, nos sentábamos y mis hijos decían “Eunenio patatas” y cuando yo les preguntaba cómo se piden las cosas, ellos añadían “A favó”.

Después de dar cuenta de sus platos de patatas, mis dos culos inquietos pasaban de estar sentados más rato, y mientras les controlábamos con un ojo y vigilábamos nuestra cerveza con otro, ellos se dedicaban a correr del escaparate de la tienda al bar y del bar al escaparate de la tienda. A veces entre medias se metían hasta el fondo de la barra abusando de la paciencia y bondad de “Eunenio” que es su fan número uno. Mientras su padre y yo hacíamos el relevo en la terraza apurando la cerveza antes de salir a por ellos.

Así era todas las tardes. Peeero, el dueño de la tienda no es tan paciente ni bondadoso como el del bar. Y un día, cansado ya de que mis hijos le tocasen el escaparate, salió con el mini perro que tiene y les dijo que si no se portaban bien, el perro les mordería.

Y ahí fue cuando surgió la chulería madrileña que mis hijos llevan en sus venas. Porque al oír semejante “amenaza”, se giraron, miraron al dueño del perro, miraron al perro, volvieron a mirar al dueño del perro y se fueron hacía el animalito gruñéndole y diciéndole “pero manó” (= perro malo).

La cosa acabó con el animalito reculando y echando a correr en dirección contraria a mis hijos, el dueño de la tienda corriendo detrás del animalito, los bombones volviendo a meterse a jugar al bar, todos los demás riéndose a carcajadas y el padre de los bombones y yo mirándonos y pensando entre risas que si con dos años y poco le plantan ya cara a un perro, cuando tengan diez no habrá quién les tosa.

P.D- El perro está bien. Ahora cuando se ven, se ignoran mutuamente y todos contentos...Todos menos el dueño del perro que no ha vuelto a decir ni mú en vista del poco éxito que tuvo su amenaza.

lunes, 1 de octubre de 2012

M e I o I y M



Llevo meses escribiendo aquí sobre los bombones y me doy cuenta de que nunca he contado cómo son. Cuento anécdotas, trastadas, aventurillas, pero no he hablado de ellos realmente.

Hoy voy a solucionarlo.

I

I es un caradura, en el mejor sentido de la palabra.
Es un showman, le encanta poner muecas. Es muy expresivo y el niño más alegre que existe. Cuando se ríe, sus carcajadas llenan la habitación. Es una risa que le nace de dentro, le sale del alma.
Es simpático, sociable y cariñoso. Tiene bastante genio e ingenio y sabe más que “los ratones coloraos”.
Es muy independiente e intrépido, lo cual hace que se lleve más chichones de los deseados y que papá y mamá estén fortaleciendo el corazón a marchas forzadas porque con él no ganamos para sustos. 
Su escala de prioridades y afectos está bastante clara: primero M, luego papá y luego mamá. O al revés, el segundo y tercer puestos dependen del día, pero el primero de su lista siempre es su hermano.
Es un torbellino rubiales de 92 cm de altura y 14,700 kg de peso con unos ojos marrón verdoso que lo expresan todo.

M

M es dulce. Muy, muy tierno. Y cariñoso y mimosote.
Es bastante tranquilo, incluso prudente a veces y un trozo de pan. Es generoso, muy protector con su hermano y bastante cabezota. Tiene buen conformar pero como se le meta algo en la cabeza, es capaz de repetirte la misma frase todas las veces que haga falta hasta que le hagas caso.
No es introvertido, pero necesita conocerte algo para tomarse confianzas y hacerte caso. Él va a su ritmo, y no le gustan las prisas ni las presiones pero si tienes la suerte de que te de un beso, puedes estar seguro de que te lo da con el corazón.
Sus abrazos son fuertes y apretados y por su hermano ma-ta al que haga falta, ya tengas 2 ó 6 años, si tocas a su hermano, M irá a por ti para defenderle.
Le encanta tirarse en plancha sobre nosotros para que le hagamos cosquillas y juguemos con él y si le tenemos que regañar, es muy sentido, le pone muy triste que le reprendamos.
Es un osito tierno de 91,5 cm y 15,600 kg de peso con los ojos marrón verdoso más dulces del mundo.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Diccionario bombonero III



Cada vez hablan más y estoy disfrutando con su lengua de trapo. Aunque a veces me cueste entenderles.

Tututate = chocolate
Titicama = almohada
Buli=  abuelita, (está la usan para llamar a mi madre)
Apeta= puerta
Ami = mami
Poma = toma
Tifafa = Jirafa
Sareale = cereales

lunes, 17 de septiembre de 2012

La ropa

Como dirían las abuelas, los bombones se me están criando estupendamente. Con lo que comen y con la carga genética que les hemos aportado su padre y yo, apuntan maneras para ser dos tiarrones de más de metro noventa.


Según la última revisión pediátrica, el bombón M ha crecido seis centímetros en nueve meses, lo cual está muy bien. Pero es que el bombón I en ese mismo periodo de tiempo ha crecido ocho centímetros… ¡Una ruina!

Que mis bombones se estén criando sanos y estén creciendo es maravilloso. El problema viene cuando te toca reponerles el guardarropa y descubres que nada, repito NA-DA del año pasado les sirve. Dos pantalones han logrado salvarse de la limpia de ropa. El resto, o no les vale, o parecen Anita Obregón en unos de sus malos días. Con los jerséis del año pasado son como dos morcillas rubias.

De la ropa que nos han prestado, se han salvado 4 ó 5 prendas. Además, han alcanzado al nene cuya mamá me pasaba la ropa, así que hemos perdido al donante que teníamos.

Aproveché el viernes para mirar de qué ropa disponían para el otoño/invierno y entré en pánico cuando vi que las diversas bolsas, (para donar, regalar, devolver y guardar), se iban llenando y sus cajones cada vez estaban más vacíos. Así que, este fin de semana hemos ido a comprar ropa.

Inciso: sí, ahora mismo hace un calor de espanto. Si, hasta el viernes seguimos en verano. No, no soy una histérica ni me estoy precipitando. Cualquiera que haya vivido o viva en esta ciudad sabe que aquí no hay entretiempo, o te asas o te congelas, el término medio no existe.

Prosigo. Este fin de semana nos fuimos de compras y después de patearnos cuatro tiendas, (las que se ajustan a nuestra economía, que está la cosa muy achuchada), logramos comprar la mitad de las cosas que estimo que necesitan. La otra mitad la he tenido qué comprar on line porque no tengo ni tiempo ni fuerzas para repetir otra tarde de compras con mis hijos hasta dentro de tres o cuatro meses…

Las mamás que me estén leyendo ya saben lo complicado que es encontrar la prenda que te gusta en la talla de tu hijo. Parece que todos los niños de esa edad van a ir vestidos igual, nunca está la talla qué necesitas… pues imaginaos una búsqueda doble…

Y además no vale decir, bueno con cuatro camisetas se apañan. Mis hijos son expertos en manchas y salimos a cambio completo de ropa diario, a veces incluso dos cambios… los fabricantes de quitamanchas están pensando en sacar sus empresas a bolsa visto el gasto que hacemos en villa bombones de sus productos…

Pero bueno, después de tres días he logrado que el guardarropa bombonero otoño/invierno 2012/13 esté por fin completo, los bombones van a ir guapísimos y nuestra economía no se va a resentir tanto como yo pensaba, (aunque nos haya costado una pasta vestirles y calzarles). 

Pero que conste, hasta Marzo no quiero ni oír hablar de ir de compras y mientras tanto, aprovecho para lanzar al aire varias preguntas:

¿Por qué en las tiendas, por cada expositor de ropa de niños hay cuatro expositores para ropa de niñas?

¿Por qué en la ropa de niñas puedes encontrar prendas de todos los colores del arco iris y en la ropa de niños, es difícil salir del azul, marrón, negro, gris y verde?

jueves, 13 de septiembre de 2012

¡Habla!

Los pocos que hayan seguido este humilde blog sabrán que me he pasado meses “quejándome” porque el bombón I no hablaba. Tenía ganas de escuchar su lengua de trapo y por fin se ha lanzado a hablar.


Se está destapando como un auténtico crack porque además de guapo, yo soy su madre y puede que no sea muy objetiva, pero hoy, cuando les llevaba al orfanato de día, una señora me ha parado en mitad de la calle para decirme que mis hijos son preciosos, así que si, afirmo que mis hijos son guapos y me hincho como un globo al oír los piropos que les dicen…

Bueno, que me disperso. Decía que además de guapo, el bombón I es muy expresivo al hablar, y oírle esa media lengua de trapo que tiene acompañada de gestos hace que más de una vez me tenga que reír.

Comenzó las vacaciones soltando algunas palabras que hasta entonces no le habíamos escuchado, pero al llegar a la playa se desató.

El primer día que aterrizamos en casa del bisabuelo, les montamos la piscina hinchable que compramos hace dos años y que milagrosamente sigue intacta. La llenamos de agua y juguetes y se metieron dentro. Cuando comenzaron a parecer dos garbanzos les dije que se salieran y obviamente, me ignoraron, así que le pedí a su padre que les quitase el toldo de la piscina para verles mejor.

El ataque de risa fue supremo cuando el padre de los bombones quitó el toldo y el bombón I se puso de pie raudo y veloz y con los ojos muy abiertos y levantando los brazos, le preguntó: “¿Cas hecho?, ¿lo has roto?”… ese fue el punto de partida de un verano lleno de palabras y sobre todo de preguntas: “¿Qué seto?”, “¿Qué hases?”

lunes, 10 de septiembre de 2012

La gravedad

La culpa fue nuestra. En alguna ocasión nos hemos quejado de lo poco que nos gusta madrugar y los bombones debieron registrar en su cabecita que madrugar es malo y el despertador es aún peor. O como diría el bombón M: “epetado manó ami, epetado manó”


Así que, cuando tuvieron la oportunidad, atacaron a mi despertador con nocturnidad y alevosía, bueno nocturnidad no porque fue a las siete de la tarde, pero con alevosía seguro que sí.

El caso es que estábamos su padre y yo viendo los últimos minutos de un partido que jugaban Pau Gasol y sus muchachos en las olimpiadas y aunque con el rabillo del ojo les vi entrar en mi cuarto, mi cerebro estaba tan conectado a la pantalla del televisor que sólo acerté a pensar: “No hay peligro, la ventana está abierta pero la persiana bajada, no pueden caerse”.

Y efectivamente, ellos no pudieron caerse, pero el despertador y varios juguetes si que fueron lanzados por la ventana en un viaje sin retorno desde un tercer piso, un viaje que acabó con un ruido estrepitoso que hizo que saliera flechada hacía mi habitación, les echara a ellos del lugar y me asomara asustada a la ventana.

Las piezas del dominó salieron ilesas. Al coche se le rompió una rueda, la caja de cartón en la que metieron todo quedó magullada. El despertador murió. Nunca nos habíamos llevado bien, pero después de 6 años, le tenía cierta estima y por fin había aprendido cómo funciona. 

Así quedó el pobre:



Consecuencias de que los bombones hayan descubierto la ley de la gravedad:

1.- Tengo un despertador nuevo que no sé cómo funciona y me impide remolonear los famosos cinco minutos porque me da miedo que la repetición de alarma no funcione.

2.- Si no fuera por el aire acondicionado, hubiéramos muerto. Madrid, Agosto y todas las ventanas cerradas… imaginad el resto.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Regresamos


Después de un mes de vacaciones que se me ha hecho realmente corto, hoy vuelvo al trabajo. A la rutina volveré el lunes que viene cuando los bombones comiencen de nuevo el cole.

Han pasado muchas cosas en casa bombones este mes, traigo la libreta repletita de anécdotas, así que, bienvenidos al curso 2012/2013 y prometo escribir y actualizar más a menudo este espacio.

Avance de los próximos post:

-Los bombones han descubierto la ley de la gravedad
-I por fin habla
-Mis hijos tienen branquias y no pulmones
-Los “terribles dos” ya han hecho su aparición estelar y han venido para quedarse una buena temporada.

Pero como hoy es mi vuelta al curro y tengo que ponerme al día aquí, tendré que iros contando las historietas a lo largo de la semana.

Septiembre es un inmenso lunes, y este año la vuelta me está costando más que otros años, pero voy a ver si me pongo a organizar y hacer plannings para ir entrando en materia.

miércoles, 25 de julio de 2012

Lo prometo

Lo prometo. De verdad, no os miento, podéis creerme: a los bombones les damos de comer en casa. Y comida casera y variada, y vigilando que la ingesta de frutas, verduras, proteínas, hidratos, vitaminas, etc… sea razonablemente adecuada. Puedo aportar los tickets de la compra como prueba de que en casa hay comida y que ellos se la comen.

Por las mañanas, en los 45 minutos que transcurren desde que se levantan hasta que salimos por la puerta, se comen 2 ó 3 galletas. (Lo que les interesa saben pronunciarlo de puturrú de fua los tíos).

Cuando les dejo en el orfanato de día, se tiran a por la leche y los bizcochos como si no hubiera un mañana y se despiden de mí con un beso pringoso con restos de cola-cao pero sin molestarse en mirarme, los ojos no los quitan de encima del desayuno por si acaso algún amiguete se lo quita.

Cuando voy a recogerles después de la siesta, en muy pocas ocasiones, las puedo contar con los dedos de una mano y me sobran dedos, me han dicho que no hayan comido. Hoy por ejemplo, el tradicional comida: muy bien que viene siempre en la agenda, ha sido reemplazado por comida: mucho.

Cuando llegamos a casa, la merienda les está esperando y dura poco en el plato. Pero es que a la hora y pico llega su padre y si se le ocurre merendar, tiene que hacer merienda para tres si quiere llegar a catar un poco de lo que haya preparado.

Y por la noche cenan estupendamente porque además, tienen por costumbre no levantarse de la mesa hasta que ellos consideran que han cenado suficiente. Y pobre de ti como intentes quitarles el babero, porque al grito de “máaaaaaaaaaas”, te mandan derecha a la cocina a por más papeo.

Si os cuento esto es porque quiero que quede bien claro, porque mis hijos se empeñan en hacer creer a la gente que no es así. 
Cuando vamos a dar una vuelta y optamos por sentarnos en una terraza, los tíos se lanzan en picado a por los aperitivos que nos pongan. 
Si comemos en casa de la abuela, y ella, en un alarde de amor de abuela, les ha hecho una comida especial para ellos, se la zampan en un santiamén. Pero como son dos nietos amorosos, luego no tienen problema en catar la comida que la abuela haya hecho para los adultos, así que esos días suelen comer dos veces y no meriendan porque me pongo seria y me da miedo que les de un empacho de los de aceite de ricino a granel.

Y esto lo hacen desde que descubrieron el mundo de los sólidos, y ahora tienen 26 meses. Pero si la genética no engaña, apuntan maneras para ser dos tiarrones que superarán el metro noventa de estatura, como su padre… Y a mí me da mucho miedo pensar en la cantidad de comida que habrá que comprar como los angelitos sigan con el mismo saque que ahora.

Eso sí, da gloria verlos comer porque no comen, saborean, paladean, disfrutan…

miércoles, 11 de julio de 2012

Anginas

El bombón M ha estado malito. Comenzó el viernes con fiebre bastante alta y ha continuado así hasta ayer. La pediatra nos ha dicho que son anginas con placas y que tiene que tomar antibiótico diez días.

El problema es que mis hijos no toman medicamentos. No es que seamos unos locos naturistas que piensen que son veneno, o que estemos en contra de la industria farmacéutica, que una cosa es que no abusemos de ellos y otra que seamos tan inconscientes. No van por ahí los tiros.

Son los bombones quienes se niegan a ingerir cualquier tipo de medicamento y se han convertido en unos expertos en escupirlo y vomitarlo. Vamos, que sale de su boca más rápido de lo que entra.

Hemos probado muchas cosas: camuflar la medicina en el biberón de leche echando cacao en polvo a discreción, mezclarlo con yogur, con zumo de naranja, con agua con azúcar… no sirve, las papilas gustativas de mis hijos son extremadamente sensibles y a los dos segundos devuelven el mejunje dejando muy claro que no piensan tomárselo.

Hemos intentado no disfrazarlo, entonces, además de gastar medio frasco porque sacan una fuerza que ríete tú de Sansón y menos en su boca, el medicamento acaba en cualquier sitio, tenemos rabieta de cincuenta minutos.

Para bajarle la fiebre hemos terminado recurriendo a los supositorios, pero para el antibiótico no hay esa solución: o lo toma oral o se lo inyectan. Y ya no sabemos qué hacer para poder dárselo.

En fin, que hoy ando un poco desmotivada y ya sólo nos queda probar el truco de jugar antes a darle la medicina a sus muñecos, a ver si cuela…

viernes, 29 de junio de 2012

Las notas


Aunque los bombones van a tener que ir todo el mes de Julio al orfanato de día, oficialmente hoy acaba el curso escolar y tenemos fiesta, merienda y gymkana padres, profesores y alumnos.

Como el curso acaba oficialmente hoy, ayer nos entregaron las primeras notas de los bombones. Antes de que os rasguéis las vestiduras os diré que no son notas al uso y que ni han suspendido en plastilina ni han tenido sobresaliente en pintar con los dedos, y que si lo hubieran hecho, me hubiera dado igual porque eso ahora no es importante.

Lo que nos han entregado es un informe, cuatro páginas mecanografiadas en las que intentan aproximarnos a lo que ha supuesto su primer año en el cole. Y estoy hinchada como un globo y rebosando orgullo.

Muchas de las cosas que han puesto ya las sabía yo, pues para algo soy su madre y les voy conociendo. Otras me han hecho reflexionar y otras me han sorprendido gratamente.

Creo que voy a aprovechar el verano para intentar darles más autonomía e intentaré comenzar a asumir que mis bebés ya no son bebés, que son dos personitas listas y encantadoras, con personalidad propia y que comienzan a ser niños. Va a ser una etapa llena de cambios y como dice su padre, ahora vamos a empezar a divertirnos de verdad.

También nos han entregado una carpeta con sus trabajos del curso, confieso que me puse moñas, muy moñas, pero me hizo tanta ilusión verlos… He decidido comprar un baúl y comenzar a atesorar todas estas cosas.

Ya os contaré como resulta la gymkana de esta tarde. Espero que no nos derritamos.


jueves, 21 de junio de 2012

Operación adiós cunas


Hace cosa de dos meses, el padre de los bombones y yo comprendimos que había llegado el momento de quitar las cunas. Los bombones habían aprendido a salirse de ellas con una facilidad pasmosa. Y nos daba miedo que un día se estampasen los morros contra el suelo. Además, con lo que se mueven, no les veíamos muy cómodos ya.

Después de medir tres veces la mini-habitación, hacer planos sobre lo que mejor nos iría, visitar varias tiendas y volver a hacer planos y a medir, por fin, hace cosa de un mes instalamos la habitación de nuestros niños.

Una vez solventada la parte logística, decorativa, comenzamos lo difícil: los bombones tenían que dormir en sus camas, y dormirse directamente allí. Había que despedirse también de dormirse en la hamaca y que luego les pasásemos a sus cunas. Así que la cosa amenazaba con ser complicada… y nosotros nos preparamos para la aventura como mejor pudimos.

Y efectivamente, ha sido y está siendo complicado. Hemos intentado todo lo que se nos ha ocurrido y poco a poco parece que se ve la luz al final del túnel porque ahora suelo tardar entre veinte y cincuenta minutos en dormirles a los dos. Que sí, que cincuenta minutos es una pasada, pero es que hemos llegado a tardar hora y media, así que el avance es notable.

Pero algunas noches, se convierte en un infierno porque como uno de ellos tenga ganas de juerga… lloros, saltos en la cama, lanzamiento de peluche a la cabeza del hermano con efecto, reparto y lanzamiento de chupetes como si fuera arroz a la salida de una boda, petición de agua en modo cansino, (no sabía yo lo persistentes que son mis hijos cuando se emperran en algo), me regañan si les canto, que vale, canto mal pero tampoco es para ponerse así, los cuentos no sirven, si lo tengo en mis manos me lo quieren quitar y si simplemente les cuento yo el cuento de memoria, ninguno les gusta porque todos los que comienzo, son interrumpidos al grito de “Ete noooooo, oto”

Vamos, que es una odisea el momento vamos a la cama porque ellos acaban de cenar y piden “a momi, a cama a momi” y según se meten en la cama, las ganas de dormir desaparecen y empieza el show.

He optado por tomármelo con humor y de paso, aprovecho para planear venganzas contra ellos: cuando tengan 18 años y lleguen a casa a las siete de la mañana después de una noche de juerga, les he prometido que a las ocho yo me pondré a pasar el aspirador como si no hubiera un mañana.




miércoles, 6 de junio de 2012

La primera adolescencia


Últimamente tengo esto abandonadito. No me he olvidado de que tengo un blog, no voy a dejar de escribir en él, pero tengo las fuerzas al nivel de los túneles del metro y entre el calor, la alergia, el final de curso, la operación “Adiós cunas” y que hemos comenzado a sumergirnos en el apasionante mundo de los dos años, o como lo llaman ahora “la primera adolescencia”…. Vamos, que estoy tirando de pastilla de vitaminas diaria para poder desempeñar más o menos dignamente mis funciones.

Y hoy, que hace calor, que es viernes tarde y estoy currando, (esto lo leeréis el miércoles cuando acabe mis exámenes y si, soy una pringada), me he puesto a pensar en eso de “La primera adolescencia”.

La primera adolescencia, es un término que se usa ahora y cuya definición según he leído es: “Fase del desarrollo que ocurre más o menos a los dos o dos años y medio, una vez que el bebé deja de serlo pasando por una etapa de transición que le permite romper el equilibrio y alcanzar la madurez y la personalidad característica de un niño de tres años”.

Viendo como empiezan a comportarse mis hijos en algunos momentos, yo me dejaría de tanta frase bonita y lo describiría así: “Momento niño por culero que usa el No en todas sus frases, logrando con sus berrinches que la madre se pregunte dónde está su hijo y que hace Chucky usurpando su lugar”

(Para los de la E.S.O, Buscad Muñeco Diabólico en Google y así le conocéis)

Como os decía, los bombones están comenzando la primera adolescencia, según la definición que os he puesto quedan casi 11 meses de rabietas, acompañadas con gritos de “Etoooooo Nooooooo”, “Tu noooooooooooo”, “E miooooooooooo” y lanzamiento de chupete / coche / juguete a la cabeza del primero que pase por allí. Y yo no sé si estoy preparada para vivir un año así de intenso con ellos porque cuando no es I, es M y cuando no, son los dos en amor y compañía, el caso es que últimamente me siento como los TEDAX cuando trato con ellos. Un pequeño gesto inocente por mi parte y… ¡rabieta al canto!

A veces llevamos bien las rabietas, logramos que no entren en bucle y en dos minutos se les ha pasado el mosqueo. Otras veces, no logramos ponernos de acuerdo y la cosa termina como el Rosario de la Aurora. Con ellos dos gritando, uno de nosotros intentando mediar y el otro en una habitación aparte, (el rincón de pensar de los padres deberían llamar a mi baño), intentando reunir toda la paciencia que pueda.

La teoría me la sé, nos la sabemos: nosotros somos los adultos, hay que intentar evitar situaciones “conflictivas”, debemos verbalizar sus sentimientos puesto que ellos no hablan… pero cuando son las 4 de la tarde, estás a 35 grados a la sombra, te sudan hasta las corvas, tienes dos hijos tercos como las mulas, (son Tauro, no digo más) y vas con la hora pegada al culo como siempre… Ni teoría, ni Zen, ni nada, les sientas en la silla después de 10 minutos respetando sus ritmos, rezas para que su hermano no se solidarice y te monten un pollo a dúo y mientras vas pensando que oye, puede que Herodes no fuera tan malo como dice la Biblia….

martes, 22 de mayo de 2012

Cabrea

Que tus hijos te despierten a las 6 de la mañana pegándote en la cara con la bolsa de las piezas de construcción porque quieren jugar, cabrea.

Que después de pasarte un buen rato haciendo el moñas y cantando “A guardar, a guardar cada cosa en su lugar…” para lograr que recojan y que tu pasillo deje de parecer un campo de minas, tus hijos lleguen y vuelquen una cajonera llena de piezas de lego, cabrea.

Que te pases cocinando un buen rato y luego tus hijos te digan que las croquetas te las comes tú, cabrea.

Que mientras les estás bañando decidan que tú también debes bañarte y te lancen agua, cabrea.

Que te pongas a dormir a los dos y cuando uno de ellos está a punto de caer, su hermano le lance un peluche a la cabeza, le despierte y retomen la juerga, cabrea.

Y todo ello lo vives, contando hasta veinte en números romanos y procurando recordar que tienen 24 meses y que no saben lo que hacen. (Me niego a pensar que tan pequeños tengan ya tan mala baba).

Pero cuando llegas a casa después de un largo día, como son los míos, y te encuentres la ropa recién planchada en este estado….




No hay palabras para definirlo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Dos años


En casa de los bombones hoy estamos de celebración. I y M cumplen 2 años y yo estoy contenta y anonadada y moñas. Así, todo junto.

Me parece increíble que hayan pasado dos años ya, desde aquel lunes en el que nos vimos las caras por primera vez. ¡Pero si juraría que eso pasó antes de ayer!

En estos dos años han pasado muchas cosas, buenas y malas, pero en todas tenía un motivo para sonreír y para tirar hacía delante.

Hasta hace dos años, yo podía vegetar las tardes del fin de semana en el sofá. Podía cambiar de bolso todos los días. Veía películas enteras y del tirón sin necesidad de dar al pause. Podía dormir hasta las doce de la mañana un domingo…

Ahora, los fines de semana los dedico a ellos. La siesta es algo ocasional que he cambiado por ir al parque o jugar con los coches. El bolso, con suerte, lo puedo limpiar de trastos un día de cada quince. Y es raro que pueda levantarme más tarde de las diez el domingo, y eso porque el padre de los bombones se da el madrugón con ellos.

Y sin embargo, no lo cambio por nada. Desde hace dos años estoy plena. He descubierto cosas de mi niñez que tenía olvidadas. He aprendido que una sonrisa de los bombones es capaz de hacer que mi mundo se detenga y disfruto con todos y cada uno de sus avances y logros. Hoy hace dos años que me enamoré de nuevo, mi mundo se puso patas arriba,  mis ideas, necesidades y prioridades cambiaron radicalmente y desde entonces me estoy enriqueciendo como persona.
Hoy hace dos años que soy razonablemente feliz y todo se lo debo a ellos.

Feliz cumpleaños bombones y gracias por haberme escogido para que sea vuestra mamá.

jueves, 3 de mayo de 2012

De compras

El sábado teníamos que hacer unas compras inaplazables. Así que fuimos con los bombones. Destino: supermercado sueco de muebles e hipermercado de origen francés, (mientras no me paguen no pienso hacer publicidad aunque sólo me lean cuatro personas).

Decidimos salir temprano de casa. Temprano con los bombones significa que salimos a las diez y media de la mañana. Llegamos al sitio de los suecos y subimos a mirar las referencias que necesitábamos. Primer cabreo bombonero porque no les dejamos bajarse de la silla. Pero es que conociéndoles, desmontan la exposición de muebles en un momentito. Lo solucioné dejándoles un folleto a cada uno. Volvemos a bajar y cogemos un carro. Papá empujaba el carro y mamá la silla de los bombones. Segundo cabreo bombonero, querían ir dentro del carro. Venga vale, si con eso se calman… Cinco minutos de tregua nos dieron.

Cuando por fin llegamos a la caja, hubo que bajarles del carro y montarles en la silla. Tercer cabreo, acompañado con gritos, lloros y patadas al aire. Papá intentando que le cobrasen rápido, yo intentando entretenerles, la gente mirándonos, algunos se solidarizaron con nosotros, otros nos miraron con cierto tufillo de superioridad, (seguro que estos últimos no tenían niños), ellos gritando cada vez más...

Cargamos el coche y nos dirigimos al siguiente destino. Como ya estábamos escarmentados, dejamos la silla en el coche y les montamos directamente en un carro. Estábamos escarmentados y además no podíamos sacar la silla porque estaba encajada en el maletero entre dos colchones y tres bolsas.

Al principio pensamos que la cosa iba bien, estaban entretenidos en hacer el borrico en el carro, (ya sabéis, lo típico de “¿si salto mucho dentro del carro lo volcaré?” y cuando llegamos al expositor de sábanas entraron en éxtasis porque había coches… pero nada, somos unos ilusos, de repente entramos de lleno en el cuarto cabreo porque los dos querían el mismo artículo. Les dimos otro artículo exactamente igual, parecía que se contentaban. Seguimos avanzando por el hipermercado, quinto cabreo, todo lo que su padre y yo metíamos en el carro, ellos lo tiraban fuera y si lo volvíamos a meter, se enfadaban. Al final cedieron, pero por poco tiempo.

Sexto cabreo, querían ir andando e intentaron bajarse ellos solos del carro, (qué arte levantando la pierna oye, qué arte). Papá les bajó, avisándoles que si no iban de la mano, les volvía a montar en el carro. Entre nosotros, Papá es un valiente.
Llevarles de la mano evitó males mayores, aunque tuvimos que devolver a su sitio todos y cada uno de los productos que ellos cogían con intención de lanzarlos al carro. Llegamos a la caja, hay que subirles al carro porque hay bastante gente. Llega el cabreo número… (No sé, yo ya me perdí hace varios berrinches).

Llegamos a casa a las dos de la tarde, con tan mala suerte que como se habían dormido 10 cochinos minutos en el coche, consideraron que no había por qué dormir siesta y estuvieron en el mismo plan folclórico el resto del día…

Conclusión: no volvemos a ir de compras con ellos en una larga temporada. Necesitamos recargar las pilas y esperar a que se nos olvide el mal rato que pasamos antes de repetir.