miércoles, 11 de julio de 2012

Anginas

El bombón M ha estado malito. Comenzó el viernes con fiebre bastante alta y ha continuado así hasta ayer. La pediatra nos ha dicho que son anginas con placas y que tiene que tomar antibiótico diez días.

El problema es que mis hijos no toman medicamentos. No es que seamos unos locos naturistas que piensen que son veneno, o que estemos en contra de la industria farmacéutica, que una cosa es que no abusemos de ellos y otra que seamos tan inconscientes. No van por ahí los tiros.

Son los bombones quienes se niegan a ingerir cualquier tipo de medicamento y se han convertido en unos expertos en escupirlo y vomitarlo. Vamos, que sale de su boca más rápido de lo que entra.

Hemos probado muchas cosas: camuflar la medicina en el biberón de leche echando cacao en polvo a discreción, mezclarlo con yogur, con zumo de naranja, con agua con azúcar… no sirve, las papilas gustativas de mis hijos son extremadamente sensibles y a los dos segundos devuelven el mejunje dejando muy claro que no piensan tomárselo.

Hemos intentado no disfrazarlo, entonces, además de gastar medio frasco porque sacan una fuerza que ríete tú de Sansón y menos en su boca, el medicamento acaba en cualquier sitio, tenemos rabieta de cincuenta minutos.

Para bajarle la fiebre hemos terminado recurriendo a los supositorios, pero para el antibiótico no hay esa solución: o lo toma oral o se lo inyectan. Y ya no sabemos qué hacer para poder dárselo.

En fin, que hoy ando un poco desmotivada y ya sólo nos queda probar el truco de jugar antes a darle la medicina a sus muñecos, a ver si cuela…

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