viernes, 2 de marzo de 2012

Variadito


Hoy es un día aparentemente normal,  en el que yo me siento un poco rara. Tampoco lo he comenzado con buen pie.

Ayer me acosté muy tarde estudiando. Vi que mi despertador había fallecido… mejor dicho, comprobé que mis hijos decidieron destriparlo y lo han matado vilmente, (nota mental: despejar la mesilla de artefactos llamativos).

Como decía, al comprobar que mi despertador había perecido, cogí uno de emergencia que no tiene la opción de repetición, y os podéis imaginar lo que ha sucedido, cuando ha sonado, lo he apagado para remolonear los famosos cinco minutos más, y esos cinco minutos se han convertido en una hora.

Me he despertado al oír a los bombones, (gracias de nuevo Murphy, llevan toda la semana despertándose a las seis y media de la mañana y hoy no han abierto el ojo hasta casi las ocho).

Una vez recuperada del susto y con la neurona funcionando a todo gas, he solventado el tema: desayunan en casa y su padre les llevaba al orfanato de día un poco más tarde. (Al padre no le ha hecho ninguna gracia esta solución porque él también se acostó muy tarde).

Cuando he ido a sacarles de las cunas, he comprobado que estaban los dos en una sola cuna. Y una vez confirmado con su padre que no era obra suya el trasvase, he comprendido que el bombón I se ha saltado el cabecero para hacer compañía a su hermano. Miedo me da pensar qué hubiera pasado si llega a escalar por el lado equivocado.

Esto nos ha llevado a asumir que definitivamente hay que desmontar las cunas y montarles un cuarto de “niños mayores”. El coste económico de la nueva habitación quedará sufragado con el dinero que nos vamos a ahorrar en vendas ya que no I no podrá escalar cabeceros y barrotes.  Pero este cambio inminente me ha hecho ponerme triste y moñas porque mis bombones están dejando de ser bebés.

Estoy contenta y orgullosa, se están convirtiendo en dos personitas independientes y muy divertidas y sus pequeños logros son fantásticos, pero me da mucha pena pensar lo rápido que ha pasado el tiempo.

Por lo menos es viernes, que eso siempre anima.

2 comentarios:

  1. Como te entiendo. Nosotros teníamos la cuna de Hugo en posición camita pero la semana pasada fuimos a comprarle la cama de niño grande y mientras descontaba la cuna me dio mucha penita :-(.
    Se nos hacen mayores

    ResponderEliminar