miércoles, 1 de febrero de 2012

Ley de Murphy aplicada a la maternidad

Murphy es un desgraciado. Así de claro y rotundo lo digo. A lo largo de estos meses, he comprobado que su ley es implacable y en mi experiencia como mamá de los bombones, me ha hecho la puñeta más de una vez

  • Si un día decido que para media hora que vamos a estar en la calle, no me llevo la bolsa con todas sus cosas. Ese será el día en el que mis hijos se cagaran. Da igual que me haya pasado meses paseando la bolsa sin usarla, el día que no la lleve, es el día que me hará falta.  

  • La tarde que paso de ir cargada con cubos, palas y moldes al parque porque total, no los usan. Será la tarde que los bombones decidan prestar atención a los cubos, palas y moldes de los demás niños.

  • Da igual a qué hora me acueste y cuánto tiempo lleven  plácidamente dormidos mis niños. A los cinco minutos exactos de haberme metido en la cama, tendré que levantarme a atenderles.  

  • El sábado o domingo que nos venga bien que los bombones sean madrugadores porque tenemos planes y hay que salir pronto de casa, será el sábado o domingo que más tarde se despierten con el consiguiente retraso en nuestro horario.

  • El tiempo que tarden los bombones en dormirse es directamente proporcional a las ganas que tengamos nosotros de que se duerman. A más ganas, más por culeros están.

  • Los catarros, virus, gripes, diarreas, etc de los bombones… siempre se producirán en fin de semana, puente o vacaciones de sus padres.

  • Bastará que diga que a M no le gusta el dulce, para que M decida comerse todo el postre de su abuela. (Y tendré que aguantar a la abuela “presumiendo” de que con ella el niño sí que come)

  • Siempre, siempre, siempre me tocará ir a atenderles durante los últimos diez minutos de la película que estoy viendo. Creo que llevo más de un año, sin saber cómo acaba una película.

  • La noche que decidamos irnos a cenar y al cine durante unas horas, dejándoles a cargo de la abuela, será la noche que duerman del tirón y no haya que ir a atenderles… hasta que lleguemos nosotros a casa claro, que comenzará el festival nocturno.

  • La semana que en casa haya atasco de ropa o retraso de lavadoras, será la semana en la que todas las noches se mearan hasta el cuello y habrá que poner lavadoras de urgencia.

Y da igual que decrete en positivo, que me encomiende a todos los Santos, o que encienda una velita a San Judas Tadeo, (patrón de los imposibles), esto sucederá porque Murphy así lo ha dictado y mis hijos le obedecen a él más que a mi.

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